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La memoria de la mujer chilena se abre espacio al interior del Núcleo de Cs. Sociales

mujeres colonialesLa memoria a largo plazo de las mujeres chilenas comienza a ser visibilizada. Instalada como un nuevo tópico al interior de la línea de investigación de memoria que desarrolla el Núcleo de Ciencias Sociales de la UFRO, el tema irrumpe para dejar en claro que la historia de Chile y en particular la de La Araucanía, también tuvo como protagonistas a las mujeres.

Así lo demuestran las investigaciones de la académica de la U. de Chile, Dra. XimenaAzúa y de la investigadora UFRO, Dra. Yéssica González, quienes participaron del último coloquio organizado por el Núcleo y que trató principalmente sobre el rescate de estas memorias femeninas a través de diversas fuentes, las que dan cuenta de las actividades durante la época colonial y otras que revelan el rol de las cautivas en distintos tiempos, hasta la ocupación de La Araucanía.

“La propuesta teórica y metodológica de los estudios de la memoria, nos proporcionan interesantes pistas para poder aproximarnos al rescate de aquellos sujetos cuyas memorias fueron silenciadas o son menos evidentes en épocas pasadas. Aplicar esta categoría de análisis a los estudios de larga duración, entran en una categoría muy interesante porque se puede aplicar la memoria a aquellas historias que no están evidenciadas en los documentos oficiales, los que a su vez son construcciones socio-culturales y que responden a lo que se quería revelar en ese momento y tiempo determinado”, explica la Dra. González.

El silencio de las cautivas y la escritura femenina

La investigadora UFRO está dedicada a investigar el período colonial y lo que sucedía con el tráfico y circulación de sujetos en torno a la sociedad fronteriza, más específicamente con las cautivas, mujeres que al menos durante tres siglos de nuestra historia, cumplieron un papel fundamental en el desarrollo de las relaciones fronterizas entre Chile y Argentina. Ellas tenían un valor simbólico cultural, pero además eran consideradas como mercancía, eran piezas claves en las estrategias políticas de negociación entre españoles e indígenas y entre indígenas. Los estudios dan cuenta que estas mujeres eran empleadas para negociar, establecer alianzas, incorporarlas al mundo económico y apropiarse de patrones culturales, siendo además el vehículo del denominado “mestizaje al revés”, vale decir la mezcla de sangre de dichas cautivas con sus captores. “Pese a su importancia, el cautiverio es un tema al que solo se accede a través de discursos escritos por terceros y por lo mismo es muy poco desarrollado. Está ocult
o, donde la voz de la cautiva nunca aparece. Incluso hace 20 años era un tema considerado poco relevante, y hoy la historiografía ha ido relevando la necesidad de recuperar la historia de estos otros sujetos”, dice.

Al mismo tiempo, la Dra. Azúa, trabaja con la producción textual de literatura de mujeres en la colonia y los procesos de enseñanza aprendizaje de la lectura. “Mi interés tiene que ver con la valoración de los textos que las mujeres produjeron en esa época. Muchos creen que nunca ninguna mujer escribió nada hasta fines del Siglo XVIII, que es cuando se reconoce el poema que escribió Mercedes Marín del Solar para el funeral de Portales”. Según la Dra. Azúa, sí existía esta expresión, sólo que las mujeres eran invisibilizadas, primaba una mirada decimonónica y es en ese lapso en que se las excluye. Pero través del rescate de esos textos es que se ha descubierto cómo era la vida de esas mujeres, lo que contribuye a ver la historia de una manera mucho más equilibrada. “Si empiezas a leer las cartas que hay de esa época, te das cuenta que sí estaban recluidas a lo doméstico, pero no como se concibe hoy: las casas coloniales eran pequeñas fábricas e industrias caseras de productos que servían para la sobrevivencia y que estaban en manos de mujeres, que generaban sustentos y que a pesar de sus maridos, eran independientes, tenían espacios y tomaban decisiones”, aclara.

Una mirada diferente

La idea de este estudio de la Dra. Azúa es mostrar que existían modelos distintos a ese modelo pasivo y sumiso que seha construido en cuanto al rol de las mujeres. Esto sirve para mirar la historia de otra manera y constatar que hay estereotipos que no son tales. “Somos una sociedad con un pasado mucho más diverso y complejo de lo que se nos ha enseñado”. Para la Dra. González, este tipo de estudios permiten una aproximación al estudio del pasado que permiten hacer relecturas a la vez de posicionar temas desde un escenario político, social e intercultural. “No se trata de estudiar en forma clásica, sino que es el rescate del protagonismo de sujetos comunes y corrientes, entre los que figuran las mujeres, lo que puede abrir nuevos campos de investigación”, concluyó.

02/07/2014