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Expertos debaten acerca de educación y pobreza en coloquio

Educacin y Pobrezas

Abordar las creencias que tienen los formadores de profesores, estudiantes pedagogía y los mismos profesores respecto de la enseñanza en escuelas y sectores vulnerables, fue el tema que reunión a los expertos de la Pontificia U. Católica Sede Villarrica, doctores Alfredo Gaete y Viviana Gómez en una nueva versión de los Coloquios de psicología que organiza la UFRO.

Educación y pobreza es el tema que actualmente es transversal en todas las discusiones vinculadas a la reforma educacional por la que atraviesa (o atravesará el país en el corto plazo). Y uno de los ejes que cruza esta esta discusión se refiere a las creencias y formación que tienen los docentes en los ámbitos pedagógicos.

Para aclarar estas ideas y de paso develar que no toda creencia es verdadera, dos expertos en Educación de la Pontificia U. Católica Sede Villarrica, expusieron en el Coloquio convocado por el Doctorado en Psicología de la UFRO. Se trata del Dr. Alfredo Gaete y la Dra. Viviana Gómez, quienes abordaron ampliamente el tema.

“Nuestra investigación es sobre las ideas que tienen muchos profesores respecto de cómo deben enseñar a los niños de situaciones vulnerables”, dice Gaete. “Algunos creen por ejemplo que el aprendizaje en las escuelas pobres debe ser postergado, porque lo que esos niños necesitan es recibir cariño y valores”. Según lo que ha podido observar el experto, muchos piensan que solo una vez pasada esa etapa estarían en condiciones de aprender. El tema es que al mismo tiempo, las metodologías que se utilizan están total mente obsoletas desde el punto vista pedagógico. “Son aburridas, áridas y lo único que hacen es distanciar a los niños del gusto por aprender. Como es algo poco atractivo, se evita”, dice a su vez, la Dra. Gómez.

El problema

“Estamos explorando creencias que los profesores tiene sobre la pobreza y qué es lo que sucede en escuelas de estas características, qué pasa con el conocimiento que se transmite, si es estable el tiempo, si ha cambiado, cual es la fuente de validez de ese conocimiento y eso pasa por si está sustentado en un autoridad, en la subjetividad de los docentes, en sus percepciones, etc. Se trata en definitiva saber qué piensan docentes, formadores de profesores y estudiantes de pedagogía”, explicó el investigador.

Para estos investigadores, con años dedicados a este tema, uno de los grandes problemas es que los profesores en servicio y los actuales estudiantes de pedagogíacreen, por ejemplo, que hay que enseñar la adquisición de la lengua por vías que las teorías más actuales han desacreditado por completo. “Siguen pensando que hay que enseñar a leer y a escribir a la antigua,usando estrategias y metodologías que no operan desde hace décadas”, dice Gómez.

Los expertos sostienen que esto se debe a las creencias que tienen respecto del conocimiento y que lo que aceptan por “saber” no es la investigación científica, sino lo que viven día a día en las aulas. Incluso es posible que los prejuicios que tengan sobre la pobreza y la enseñanza en este contexto sean muy potentes y superen las teorías que aprenden en la formación. Hay probabilidades que estos pensamientos estén tan arraigados que, incluso estos docentes, continúan pensando que los niños en condiciones de vulnerabilidad tengan más discapacidades cognitivas, por lo tanto sus métodos de enseñanza sigan siendo las mismas y no hay motivaciones para cambiarlas.

Reflexiones necesarias para un cambio

La Dra. Gómez señala que se han detenido a pensar y repensar sobre la formación de profesores y han descubierto no solo ideas y creencias ingenuas, también hay espacio para pensamientos más sofisticados, pero que mientras no se incluya una autocrítica y reflexión a conciencia, el avance será lento. “Muchas veces se habla de un niño estándar, de una sala ídem, con condiciones similares. Pero sucede que a veces un profesor solo entró a una sala de clases cuando hizo la práctica, y eso es lo que produce ceguera, no hay un entendimiento respecto de la mochila de creencias con las que los profesores–porque todas las personas tienen una gran carga de conocimiento previo que influye en la actividad que realizan- enfrentan a sus alumnos antes de comenzar a enseñar”, dice la experta.

Las posibles causas de esta falta de reflexión

El mensaje esta vez va a los formadores de profesores. Es una necesidad que todos los formadores reflexionen juntos. “Son ellos los que tienen que hacer el cambio, son el puente entre el estudiante y el profesor de aula”, dice Gaete.Esto, porque los estudios han demostrado quealgo pasa durante la formación que impide que hayan resultados distintos, empezando por cambiar ciertas ideas y/o creencias intuitivas sobre la formación, por creencias basadas en teorías. “Esto es lo que influye en la menara de pensar y que hace ver las cosas de manera distintas. Hay algo que está pasando con los formadores, cuyas acciones no están teniéndolos resultados esperados”, agrega.

“Hay una diversidad de formadores a lo largo de Chile. Las universidades tradicionales tienen formadores que están insertos en la dinámica académica, promueven el desarrollo profesional, tienen acceso a investigaciones, asistencia a seminarios y congresos; mientras que en otras instituciones los formadores solo están por horas en contactos con sus alumnos, no están conectados con la investigación o con esa reflexión que te puede hacer cambiar el pensamiento”, dice Gómez. “Este es el tipo de profesores que entra y sale de la vida universitaria sin ser impactados, y que tampoco tienen trascendencia en sus estudiantes y eso para la formación no sirve, trasmite creencias a sus alumnos que a veces no son y este es el problema que como país debemos solucionar”, concluyó.

12/08/2014