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Estudio revela que el medioambiente es un factor indispensable para nuestro bienestar

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El recuerdo agradable o no de un lugar puede generar sensaciones, emociones. Según la investigadora de la U. de La Frontera, Dra. Carolina González, la percepción del medio ambiente es esencial para desarrollar y disfrutar nuestra vida cotidiana. Así quedó demostrado en la presentación de la investigadora en el Coloquio de Psicología, actividad que cuenta con el apoyo del Núcleo de Ciencias Sociales.

¿Por qué a las personas les gusta un determinado paisaje?, ¿Qué cualidades tienen esos lugares que catalogamos como nuestros preferidos? y ¿Cómo se podrían medir esas cualidades?, son las preguntas que se planteó la académica del Departamento de Psicología de la UFRO, Dra. Carolina González, quien exploró porqué ciertos ambientes nos resultan más agradables que otros.

Con una mirada que combinó medioambiente y percepción, la investigadora quiso descubrir cómo esas dos variables se combinan y cómo nos afectan. “Por ejemplo cuando contemplamos un bonito paisaje o entramos en a la sala de espera de un hospital o incluso al repasar las fotografías de unas exóticas vacaciones, se activanen nosotros una serie de mecanismos fisiológicos y psicológicos para captar la información ambiental, ya sean sonidos, imágenes, olores, etc.”, explicó. Esas sensaciones se integran a nuestra propia experiencia respecto del significado de esas ‘señales’ y así es comoreconocemos lo percibido, comparamos, atribuimos impresiones personales, valoramos y finalmente exploramos el ambiente.

“En definitiva, el simple acto de percibir, es un complejo proceso que engloba toda la actividad mental de una persona e intervienen los pensamientos que se generan, los sentimientos y emociones, los recuerdos, las actitudes positivas o negativas hacia ese ambiente, las preferencias, expectativas, etc. Por ese motivo, el proceso de la percepción ambiental es esencial en nuestra vida cotidiana”, agregó.

El cedazo con el que percibimos el ambientecarolina gonzalezs

Con este saber, la Dra. González ideó entre 2007 y 2011 una serie de cinco estudios mediante los cuales construyó y validó un instrumento de medida de las “propiedades colativas” de la estimulación ambiental, entendiendo como colativo aquello que podemos colar o comparar respecto de nuestras experiencia previas.

“Nos basamos en la línea de la Estética Experimental de Daniel Berlyne, quien señala que las personas nos implicamos afectivamente para saber cuánto nos gusta un estímulo y para ello, experimentamos una gama de reacciones positivas o negativas”. Y según esto, para que un ambiente nos guste más o menos, depende no solo de las características del mismo o de las características de la persona, sino de las propiedades de la relación que se establecen entre ambos. “Los estímulos que preferimos más, según esta teoría, dependen entre otras propiedades, de cuán sorprendentes, complejos y novedosos seande cuán novedosos y sorprendentes sean”, dice González.

Midiendo la percepción ambiental

Entonces, el aporte de los estudios hechos por la joven investigadora, radican en la construcción de una escala inédita en el ámbito de las valoraciones afectivas del paisaje, tanto aquellos construidos por el ser humano como los paisajes de naturaleza. “Al analizar el proceso de percepción podemos apreciar que es prácticamente imposible enfrentarnos a un lugar y no ‘sentir nada’, porque las personas constantemente estamos valorando lo percibido en términos de si nos resulta agradable, beneficioso o desagradable y si preferimos evitarlo. Son reacciones afectivas y cognitivas, espontáneas e inevitables, que permitendarle un valor lo percibido en términos de cuánto nos gusta”. Según la investigadora, lo que recordamos de un lugar es poco más que las emociones que experimentamos, por lo tanto es lógico que a las personas les gusten más los ambientes que les hagan sentir bien.

Lo que el medioambiente produce en nosotros

El efecto principal que destacan los estudios de la preferencia ambiental es la relación que existe entre los paisajes más preferidos y las condiciones que promueven el bienestar de las personas. Por ese motivo, estos estudios constituyen una herramienta muy útil para promover y proteger la riqueza del paisaje natural, urbano e incluso cultural o patrimonial, siempre desde una perspectiva basada en la gestión ambiental responsable. “Hay algunos estudios que sostienen que el contacto con los ambientes mejor valorados contribuye a “sacar lo mejor de las personas” porque produce en nosotros experiencias positivas que impactan sobre nuestra salud y nuestras capacidades mentales tales como la efectividad, la claridad en los pensamientos, la posibilidad de resiliencia o de reponernos a las dificultades, etc.”,dijo. Además, ese bienestar personal puede extenderse al del grupo social, traducido en comportamientos más cívicos y cooperativos con los demás e incluso, aumentar la preocupación medioambiental.

Finalmente, la buena noticia es que, los ambientes más preferidos -en especial si contienen elementos de la naturaleza- promueven un efecto restaurador sobre las personas y que ese efecto puede lograrse también a partir de la presencia de imágenes o cuadros que representen paisajes o estímulos estéticamente valorados. Sin duda esto tiene interesantes aplicaciones en nuestra vida cotidiana.

Lorena Espinoza Arévalo

25/11/2014