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Investigadora UFRO indagará educación financiera y patrones de consumo y actitud hacia el dinero en adolescentes

Dra. Marianela DenegriLa comprensión del mundo económico y financiera, relación con el dinero, actitud hacia la deuda y patrones de consumo vuelven a ser tema en un nuevo proyecto de investigación que llevará a cabo la académica UFRO, Dra. Marianela Denegri y su equipo del Centro de Investigación en Psicologia Económica y Consumo perteneciente al Núcleo de Ciencias Sociales.

Esta vez su foco de atención estará puesto en adolescentes de entre 13 y 15 años de todo Chile, los que serán evaluados respecto de su alfabetización económica y financiera para a partir de allí, diseñar los programas educativos que sean más pertinentes para ellos.

“Llevamos más 10 años indagando este aspecto y los resultados que hemos obtenido a la fecha dan cuenta de la precariedad en cuanto al manejo y uso del dinero no solo de los jóvenes, es también un problema de los adultos, que no aprendieron, no les enseñaron como manejarse financieramente ni cómo funciona el sistema. Eso lógicamente genera una confusión con resultados preocupantes y atenta seriamente contra la calidad de vida personal y familiar, afectando también la salud mental”.

Según antecedentes de diversos estudios y de la SBIF, los jóvenes chilenos son uno de los grupos más vulnerables ante el endeudamiento y que además presentan una escasa educación en este ámbito. En este escenario, la alfabetización económica y financiera es una variable importante a la hora de considerar cómo afecta el consumo en el comportamiento de los jóvenes y cuáles son las consecuencias futuras que ello puede tener en su vida.

El proyecto

Bajo el título de “Alfabetización financiera y económica, actitudes hacia el dinero, patrones de consumo y satisfacción vital en estudiantes secundarios chilenos. Hacia un modelo integrativo”,este proyecto Fondecyt-cuyo monto de inversión bordea los 70 millones de pesos-busca elaborar un perfil descriptivo de los niveles de alfabetización económica y financiera, prácticas de consumo, actitud y uso del dinero, ahorro, compra, endeudamiento y satisfacción con la vida en más de 1100 estudiantes adolescentes de 1o y 2o medio de establecimientos de distinta dependencias- municipales, particulares subvencionados y particular pagado- en Temuco, Santiago, Coquimbo y La Serena.Consumo

“Este es el primer paso de la investigación. A continuación aspiramos a construir un modelo de medición para la predicción de patrones de consumo y riesgo de futuro endeudamientoque nos permita intervenir tempranamente en la formación de los adolescentes”, dijo la académica.

La iniciativa obedece a que actualmente no existe ningún estudio que dé cuenta real de cuál es el nivel de educación financiera de los estudiantes entre 14 y 15 años, los que durante 2015 deberán rendir la prueba a PISA en este ámbito, y que según la OCDE, le corresponde a Chile este año.

“No tenemos antecedentes de cómo se comportan estos jóvenes, cuáles son sus competencias para manejarse financieramente,y sin embargo se les insta cada vez más hacia el consumo y a la inclusión financiera sin que adquieran previamente las herramientas que les permitan ser responsables en este ámbito, lo que es una especie de bomba de tiempo si pensamos en su futuro”, comenta la investigadora. La idea es averiguar dónde están las raíces del comportamiento de consumo anómalo que empezamos a ver en los jóvenes mayores. Los investigadores piensan que intervenir en los adolescentes es más eficiente, porque se pueden crear patrones de consumo más racionales y una actitud hacia el endeudamiento más planificada pero para ello debemos conocer cuál es su estado actual.

Resultados esperados

Dados los resultados de los más 6 Proyectos Fondecyt anteriores que han indagado en este ámbito, la Dra. Denegri considera que hay un tema de socialización económica en la familia que es débil. “Creemos que los padres no están trabajando con sus hijos en su educación financiera, pensamos que usan estrategias intuitivas, y que no es algo que se converse o se aborde de manera explícita en la familia. Muchas veces sucede que no hay consenso entre los padres respecto de los valores, de los gastos que se pueden permitir, por ejemplo o incluso los mismos padres tienen una educación financiera muy limitada y por ello no pueden enseñar a sus niños”.

Se suma a esta falencia el rol de la escuela y/o colegio que es prácticamente ausente. No todos los profesores saben cómo abordar una educación financiera porque ellos tampoco han sabido cómo hacerlo. “Por eso creemos que entre los 13 y 15 años es la edad clave para evitar la instalación de patrones de consumo impulsivo o con poca racionalidad, los que muchas veces persisten hasta la adultez. Es un momento oportuno en el que podemos intervenir para así empezar a mejorar los índice de endeudamiento y sobre-endeudamiento que el país ostenta”, puntualiza.

13/03/2015