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Estudio UFRO aborda la ética, moral y responsabilidad social en jóvenes

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Ética y moral. Dos conceptos usados y abusados constantemente por las personas, las sociedades y ciertas estructuras organizacionales tanto a nivel político, como social y económico. Esgrimidos como banderas a seguir, la ética y la moral muchas veces se prestan para confusión, y dependiendo los escenarios individuales, son utilizados para justificar lo injustificable.

A raíz de esta discusión, la académica del Departamento de Psicología de la UFRO, Dra. Paula Boero, abordó -mediante un estudio realizado a más de 5.500 estudiantes pertenecientes a 6 universidades chilenas -, diversas dimensiones que dan cuenta de cómo se entiende o se aplica, la ética y la moral asociadas a la responsabilidad social. Los resultados fueron presentados en el último Coloquio que organizó el Doctorado en Psicología y que cuenta con el apoyo del Convenio de Desempeño en Ciencias Sociales.

Las diferencias entre ética y moral

“A menudo ética y moral se utilizan como dos términos sinónimos, sin embargo, se pueden establecer diferencias entre ellos: la ética es la reflexión filosófica sobre los principios y los valores, se ocupa de la esfera de regulación pública, mientras que la moral es un fenómeno social que trata sobre las normas de conducta, se ocupa de la esfera de la regulación privada y su indagación principal es sobre ¿cómo debo actuar? Y, por tanto, su sentido psicológico es de la obligatoriedad”, explica.

Desde aquí se desprende también lo que se conoce como psicología moral,que ha sido descrita como el área de la psicología que busca describir, comprender y transformar el desarrollo moral de los individuos. También se suele definir como el área de la Psicología que se enfoca al estudio de los procesos psíquicos por medio de los cuales se legitiman las reglas, principios y valores morales.

Responsabilidad social como conducta moral

La responsabilidad social puede ser definida como la capacidad y obligación de responder ante la sociedad como un todo, por acciones u omisiones y que se ejerce, cuando corresponde, desde alguna persona hacia todas las otras. Se traduce en la inversión personal en el bienestar propio, de otros y del planeta, e incluye tres dimensiones: entender que cada persona pertenece a una red social más amplia cuya influencia es decisiva en la construcción de la propia identidad; mantener relaciones interpersonales basadas en consideraciones éticas de justicia y de preocupación por los otros y actuar con integridad, consistentemente con los propios valores. “Una persona sólo puede ser socialmente responsable si es capaz de concretarla a través de una conducta moral. Es decir, la responsabilidad social es una conducta moral”.

Ahora bien, la conducta moral, en la concepción aristotélica del término, es un acto virtuoso que por un lado exige el conocimiento intelectual del bien y por otro lado y que se realicen bajo dos condiciones: que sea voluntario y producto de una libre elección.

“A partir de esto, entendemos que el comportamiento socialmente responsable es comprendido,comoaquellas conductas morales que pueden darse en diferentes ámbitos y que tienen a la base una intención orientada hacia el bienestar común e implica alcanzar la capacidad de conciliar la satisfacción de las propias necesidades con las necesidades de los otros”, comenta la investigadora.

Ahora bien, en la conducta socialmente responsable, como en otras conductas morales intervienen todos los otros componentes de la moralidad: el razonamiento moral, la toma de perspectiva social, el conocimiento sobre la materia específica sobre la cual trata. También los factores afectivos: la empatía, la simpatía, la culpa. El comportamiento pro-social y altruista, entre otros.

Comportamientos, valores y actitudes socialmente responsables en los universitarios chilenos

La Dra. Boero, en conjunto con otros investigadores, realizó una pesquisa que indagó sobrela auto-atribución del comportamiento socialmente responsable y sobre los valores y actitudes asociados a la responsabilidad social en estudiantes universitarios chilenos.

En el primer caso, el estudio arrojó que los estudiantes se auto-atribuyen “casi siempre” un comportamiento socialmente responsable en las categorías: respeto por los espacios compartidos, responsabilidad académica, auto cuidado y convivencia social. “A veces” las ejercen en relación al desarrollo cultural, ecología y medio ambiente, responsabilidad cívico universitaria y ayuda social. Finalmente, “casi nunca” se auto-atribuyen comportamientos en actividades religiosas y actividades de voluntariado.

Por otra parte, la medición sobre la importancia atribuida a las dimensiones de valor, mostraron como prioridad la libertad, la dignidad de las personas y el compromiso con la verdad. Aceptación, aprecio a la diversidad, ciudadanía, democracia y participación- a pesar de ser ejes centrales para ejercer y vivir una ciudadanía responsable-fueron los valores que, aunque considerados importantes, son los menos importantes de todos. La medición de las actitudes frente a estos temas corroboró lo expresado. “Vimos que los jóvenes transitarondesde la indiferencia hasta el acuerdo con otros temas como integridad de las personas, desarrollo sustentable, bien común y equidad social.Estos resultados nos invitan a reflexionar sobre la importancia de que la formación universitaria se preocupe de ampliar los ámbitos de acción de los estudiantes desde sus aspectos más individuales a los más sociales, incentivando valores relativos a la vida en sociedad, a la verdadera aceptación y valoración de la diversidad, con el fin de aportar a la formación personal, ciudadana y cívica de los profesionales”, puntualizó la Dra. Boero.

Lorena Espinoza Arévalo

14/01/2015